viernes, 28 de enero de 2011

F l o r


la encontraras en livejasmin ANALCAB

viernes, 21 de enero de 2011

Roser -No fue un sueño

Aquel atardecer estuve con Ramón. Lo conocía por mi primo Nacho con el que le unían algunas aficiones aunque Ramón era bastante más mayor, incluso ya no vivía en casa de sus padres a pesar que seguía dependiendo económicamente de éstos. Estuvimos en la terraza de un bar donde me presentó, según me dijo, a un compañero de la facultad, Iker, y a su novia, Laura; ambos me eran totalmente desconocidos. Tanto él como ella tenían una presencia física muy atractiva: él, por lo que me afectaba como mujer aunque debo reconocer que ella, con unas sinuosidades perfectas en toda su figura, resaltadas con unos pechos exiguos pero bien marcados, no se quedaba atrás si bien – por sacarla algún defecto, con cierta envidia – sus manos, algo robustas, me parecieron un tanto hombrunas.




Pasamos los cuatro un atardecer muy agradable con mucho lerele y poco larala que resultaban muy divertidos, pues tanto Iker como Laura eran muy cachondos. En todo aquel atardecer en la terraza, ellos le dieron al alcohol pero sin pasarse; yo, en cambio, animada por ellos, tomé bastante más de lo que acostumbro hasta quedar, sino ebria , sí muy dicharachera antes de dejar aquella terraza. De todo lo que sucedió después, tras subir al coche de Ramón, parecía como si me hubieran abducido de aquel coche y, sin solución de continuidad, me hubieran metido en mi cama en la que me encontré, al día siguiente, como despertándome de un sueño gozoso y sensual del cual, sin poder retener ninguna imagen, aún perduraban las sensaciones de gozo y unos efectos reales que, en principio, me resultaban insólitos: excitada y con mi piel extremadamente húmeda por el sudor, mis pechos con los pezones erectos y mis areolas erizadas, mi coño húmedo de mi flujo vaginal, el culo enardecido con los esfínteres placenteramente irritados, mi boca acaramelada desde los labios hasta la nuez y con la lengua un tanto pegajosa. Con los poros de mi piel aún erizados, quise prolongar aquel momento tratando de recuperar las imágenes de un sueño que me había deparado un estado de gozo y una cierta morbosidad. Aún somnolienta, pues, me restregué los sobacos, me complací oliendo mi sudor natural sin artificios, me acaricié los muslos, me magreé mis senos, me pellizqué los pezones y, alargando las manos hasta llegar a mi vulva, empecé a restregarme los labios vaginales presionando sobre la zona del clítoris que me lo sentía aún muy sensible y mientras, con la otra mano, metía y sacaba dos dedos en mi vagina. Creo que llegué a adormecerme mientras una nube de tags, a semejanza de los que salen en las páginas eróticas, recorría mi mente:



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Lo insólito fue cuando, medio adormilada con aquellos tags , percibí mi vello púbico pegajoso y, todavía más, cuando al chuparme y olerme los dedos no solo los encontré humedecidos por lo que pudiera ser mi flujo vaginal normal sino que, además, este flujo lo encontré muy viscoso, oliendo a cloro, y con un gusto excesivamente salado cual semen de tío que acabara de follarme. Estos hechos – y puesto que el olor y el gusto del semen no me eran desconocidos – hizo que me percatara de lo sucedido realmente y me espabilara con gran sobresalto:



¡AH. voyeur…, cabrón!, fueron mis últimos tags mentales.



¡Qué hijo puta! – musité, para no gritar escandalizada, al percatarme de que Ramón me había tendido una trampa. Mi primera reacción fue irme al juzgado de guardia. No era para menos… pero, después de lo sucedido, sin que nadie me forzara, tampoco me sentía como para ir a lanzarle a nadie la primera piedra. Además, pese a descubrir el engaño, no podía negar cómo me seguían complaciendo las sensaciones insólitas que perduraban en mi cuerpo y en mi mente, fruto de lo que pude gozar dando rienda suelta a mi libido. No fue un sueño, no. Ya bien despierta y clarividente, la primera imagen que surgió en mi mente fue la de Ramón sentado en un sofá, desnudo, con su polla erecta y su mirada enardecida. Tras ésta, surgieron estas otras:



“Ramón sobándose los genitales.- Yo mamando la pinga (¡sí!) de Laura.- Ramón en el sofá manoseándose la polla.- Iker y Laura metiéndome alternativamente sus pollas por el culo y la boca.- Ramón, corriéndose.- Yo tragando semen de Laura y de Iker”



Y así, todas esas imágenes y otras muchas similares iban pasando por mi imaginación y, una y otra vez, las estuve repitiendo, incrédula de que todo aquello hubiese sido real y no hubiera sido un sueño hasta que, tratando de explicarme cómo me dejé engañar por la zafiedad de Ramón, me vino a la memoria el día que estuve en su casa donde vi una estantería repleta de videos caseros y todos, como me confesó Ramón, eran de pornografía por lo que se apresuró a decir que no eran suyos si no de un inquilino que tuvo algún tiempo, compartiendo su apartamento para atender y redondear sus dispendios extra. En aquella ocasión le pedí que visionáramos alguno, pero no quiso aduciéndome que eran pura porquería. Recordar esto fue como si hubiera encontrado la piedra de Rosetta que me permitía hilvanar las secuencias de lo sucedido realmente aquella noche en la que Ramón, aviesamente me llevó – yo me dejé llevar, lo confieso – a compartir una noche de placer con aquella pareja (él, un gigoló; ella, una travestí) que habían sido contratados expresamente por Ramón. Lo que nunca me hubiera esperado era que llegáramos a donde llegamos y fuera para lo que fue como pude deducir de inmediato: gravarme, para su colección privada, como una vulgar puta, para su uso y disfrute. Me había tendido una trampa: no fue un sueño, no. Así que, aquel atardecer, cuando aún estaba el Sol declinando, subidos en el coche de Ramón, fuimos a una casa que sin duda era la suya puesto que volví a ver aquella pornográfica videoteca. Ya durante el trayecto, metida entre Iker y Laura, éstos empezaron a sobarme. Me sorprendió que Laura me besara en la boca, lamiera mi lengua y ensortijara la suya con la mía mientras que Ramón le gritaba a Iker (éste con una cámara en ristre) que gravara y no se perdiera nada. Cuando Laura sacó su lengua de mi boca y empezó a besucarme y lamerme los senos, admito que gocé sintiéndome en manos de otra mujer pues que difícilmente podría creerse lo contrario de que aquel cuerpo no fuera el de una hembra.



– Grava, grava – oí que le gritaba Ramón a Iker; pero yo, en aquellos momentos, con la voluntad menguada por el alcohol y sin sospechar hasta donde pudiéramos llegar, quise también gozar de la procacidad de sentirme una estrella porno a lo que contribuía con mi entrega y frescura. ¡Y tanto que lo fui!: Iker le pasó la cámara a Laura e, inmediatamente, con absoluta lascivia, se desabrochó la bragueta, se bajo el slip y, mirándome lujurioso, me espetó:



– ¿Te gusta, eh? Vas a probarlo.



Ese hubiera sido un buen momento para volverme atrás, pero estaba ya algo ebria y, además, pudo más mi deseo de gozar de una experiencia inusitada que en otras circunstancias no hubiera aceptado. Ciertamente aquella verga convidaba a la fiesta: era una verga sonrosada, majestuosamente erecta, con las arterias azuladas a punto reventar y un capullo resplandeciente en la cima de la verticalidad de tan preciosa pinga asentada sobre unos huevos con el escroto terso y apetecible. De inmediato hubiera lamido aquella verga y aquellos huevos si no me lo hubiera impedido Iker.



– Espera, antes quiero probar si eres virgen – Se abrió de piernas, se lubricó la verga, me subió a su regazo y, ladeando mis bragas, me la metió suavemente sin condón, con mucha facilidad con mi coño humedecido, hasta lo más profundo de mi vagina:



– ¡Vaya coño de virgen! Eres más puta que las gallinas! – gritó



Como nunca lo hubiera esperado, con unas ganas inmensas de satisfacer aquel cacho de carne ardiente y ansioso metido dentro de mi cuerpo, empecé a moverme placiéndome de sentirme la más puta de las putas.



– Folla, macho, folla! ¡Métemela a fondo, a tope. Gústate conmigo, como un buen cabrón! ¡Fóllame por donde más te guste, quiero ser tu puta! ¡Sí, quiero ser tu puta! – Eso fue, poco más o menos, lo que pude recordar de lo que le dije mientras subía y bajaba como en un fantástico escalextric, con aquella esplendorosa verga metida en mi coño.



– ¡Grava, Laura, grava! – gritaba, ahora, Ramón mientras conducía haciendo algunas “eses” que por la inercia me echaban y me apretujaban más sobre mis complacientes “partenaires”.



Del regazo de Iker pase al de Laura. Ésta se subió la falda, se bajó sus bragas, me quitó las mías, lubricó mi ano y, con su verga lubricada, sin atender mis negativas, me metió su verga en mi recto con mucho dolor pero con no menos placer. Creí que me iba a reventar y, a pesar de mi temor, yo misma acabé empujando y ensartándola en mi ano para que tan flamante y gustosa pinga no se saliera del “orto”.



– ¡Muévete, linda! – me gritó y añadió tras conseguir metérmela toda – También su culo está desvirgado.



Mentira tras mentira, sobándome y besándome, con inmenso gozo por mi parte en la estrechez de aquel improvisado prostíbulo móvil, del cual era yo una vulgar mesalina, fueron subiéndome a sus regazos y metiéndome sus pollas alternativamente en mi coño y en mi ano cada vez más placentero y menos irritado. El gozo fue intenso puesto que Ramón llegó a aparcar el coche en algún descampado para gravar él mismo y así, mientras que Iker me levantaba las nalgas y me la metía por el coño, Laura me lamía el culo y me metía su mano; y viceversa, cuando Laura me follaba por el culo, Iker, con su lengua metida en mi entrepierna, me lamía el coño y sus entresijos. Gocé hasta pedirles que me dejaran sin que lo consiguiera, incluso creo que Ramón alargó el viaje más de la cuenta para aprovechar la luz solar hasta el momento que todo aquello pudiera quedar bien gravado y así que, con él cada vez más exacerbado, las “eses” del vehículo también resultaban deliciosas ladeándome como en un tobogán con aquellas vergas alternando dentro de mi cuerpo.



Ya en casa de Ramón, con éste sentado en el sofá, desnudo y en plan voyeur, con su cámara presumiblemente dispuesta y enfocada a un presunto plató, continuó la fiesta. Laura se levantó la falda, Iker se sacó su verga y yo, en medio de los dos empecé a moverme apretándome con mi pubis a la verga de Laura y, con mi culo, a la de Iker. Deliciosamente, también ellos empezaron a moverse restregándose sobre mi a menara de danza persa mientras nos íbamos desnudando con lo cual, uno por delante y la otra por detrás, me deleitaban con sus tocamientos y fricciones en mis pechos y en mis genitales, a los que yo respondía gustosa besándoles y ensortijando las lenguas, mordisqueando sus orejas, y rastrear mi lengua desde sus cuellos a sus pechos para lamer sus pezones hasta que, ya dispuesta a todo por mi parte, me agaché en medio de los dos para gozar y hacerles gozar mamándoles sus espléndidas pollas, lamiendo sus huevos y metiendo mi lengua en las rajas de sus culos y humedecerles el ano con placenteros besos. Después, mientras que Iker y yo quedamos abrazados, con su verga metida en mi coño, Laura se puso a bailar desnuda, placiéndose de su cuerpo escultural con sus pechos exiguos, cual Venus, y con su polla, fláccida en aquel momento, como la de un Apolo.



– Que hermosa estás – le dije – con esos pechos y con esa magnífica polla.



– ¿Te gusta…? Pues tenemos otra para ti – Y no tardó mucho en sacar y ceñirme un arnés con una verga de látex colgando y me pidió que lubricara el ano de Ramón y que le metiera mi verga de marimacho para aquel maricón. Así lo dijo y así lo hice: Ramón, se puso de cuatro apoyándose en el sofá y goce e hice gozar al macho que se me emblandecía jadeante cada vez que mi polla le llegaba al fondo como él me pedía y mientras que Iker, subido al respaldo del sofá, me metía su polla en la boca y Laura me vergueaba el culo con la suya.



– ¡Qué bien jodes tía! – Exclamó Ramón jadeando, y me añadió – ¿A cuantos tíos has desvirgado, so puta?



– A miles – le dije, con el absoluto convencimiento de beoda enloquecida. Y así, lujuriosamente embravecida y con aquella virilidad de látex impuesta y gustosamente aceptada, saqué la polla del culo de Ramón y le pedí que me la chupara y que me la lamiera. Yo no sé cómo, pero aquellos lamidos y chupadas convulsivos e insistentes, sin parar él de masturbarse, los sentía correr desde aquella verga a mi coño provocándome unas ansias placenteras de miccionar que, sin dudarlo demasiado, dejando correr mi flujo uretral saliéndose del arnés y corriendo por mi polla, me meé en la cara de Ramón.



– ¡Toma, toma, so cabrón! – Le grité medio ida.



Ramón me asombró viéndole lamerse los morros humedecidos por el flujo de mi incontinencia, hasta terminar gritando:



– ¡Que me vengo…! ¡Qué me corro…!



También me corrí yo, y Iker que me mojó la cara con su semen y también Laura que se estuvo masturbando y terminó restregándome su semen en mi culo. Entre espasmos orgásmicos y jadeos, Ramón me pidió que – por mala, dijo –que les limpiara las pollas a los tres con mi boca. Obedecí sumisamente: mamé, una a una, las tres pollas, lamí sus huevos y, para demostrarles mí absoluta entrega a sus caprichos lascivos, me arrastre por el suelo para rastrear y recoger con mi lengua el semen caído. Y lo confieso, con todo ello goce de mi propia sumisión y, para más placer, degustando lo que en aquellos momentos era para mi icor de los dioses.



Después de todo aquello, nos pusimos a beber: ellos se pusieron el licor en unos vasos, pero yo me tomé unos tragos de la botella mientras que, cogiendo y levantando mi polla rígida, me reía viendo como se desplomaban las suyas. Me gustó verlas así: pegadas a los huevos, durmientes, como esperando que alguien las despertara, como así fue tras un tiempo que estuvimos viendo algo de la porquería, según Ramón, de una cinta porno de su conocida videoteca.



– Anda, quítate esa verga, y tú a lo tuyo como puta mala que eres – me dijo Ramón sentándose en su sofá dispuesto a gozar de nuevas escenas y satisfacer su obsesión de voyeur.



Con buen ánimo, pues, entre trago y trago, empecé a zarandear las pollas de Iker y Laura, a comerme sus huevos uno a uno, a sacarles los capullos y sentirlos engrosar en mi boca por mis mamadas, chupadas y lamidos. ¡Y vaya cómo se engrosaron! ¡Y qué gusto verlos endurecer vergueándome la cara y los morros! ¡Y qué placer poderlos atrapar con mi boca hambrienta de gozar de su erecta dureza! No sé cuanto tiempo estuvimos así, repitiendo tan gustosos gracejos, hasta que primero uno y después la otra, con las dos pingas metidas en mi boca a la vez, la de Iker metida como mástil biselado en mi garganta y la de Laura, dura y erecta, anclándose en mi paladar, se fueron corriendo con sus suculentos espasmos y sus jadeos de placer. Yo también me volví a correr y quedé en brazos de Ramón bien preparada para que gozara conmigo dando rienda suelta a sus devaneos y obsesiones como así fue: Ramón me llevó a su cama, donde me penetró por donde quiso y cuantas veces lo quiso. Cuando se corrió finalmente, pude sentir su gozo y mi deleite con sus espasmos y con la calidez de su semen en mi vagina. Quedé extenuada.



Iker y Laura se fueron sin que ni siquiera se despidieran de mí; yo quedé tendida en el sofá, casi desvanecida, hasta que apareció Ramón con corsé bordado y medias de rejilla con portaligas, todo ello de rojo combinado con unas bragas negras abiertas por detrás.

– Quiero que me goces de mujer a mujer – me dijo.



No me sorprendió, ni yo estaba ya para mucho más, pero él consiguió reavivarme sobándome los pechos, mordiéndome los pezones y, bajando a mi entrepierna, lamerme el coño buscándome el clítoris y meterme la lengua en el recto con suculentos besos negros. Al final, fue él quien me pidió que le follara y yo, con el arnés y la polla de látex dispuestos, le penetré hasta hacer que se corriera puesto que él mismo me advirtió donde tienen el punto G los machos y hacia donde cabía dirigir una verga metida en el culo de un tío. Gozamos hasta el paroxismo, suyo y mío, como él lo había deseado y como yo nunca me lo hubiera imaginado gozándome de ser una puta guarra y barata.



Tras recordar todo lo narrado, sentada al borde de mi cama, sin parar de repetirme aquellas imágenes, advertí que sobre la mesita había una nota manuscrita. Yo no se cómo Ramón me llevó a mi casa, ni como entró y me llevó a mi habitación sin que nadie (¿Nadie?) de la familia lo advirtiera, ni siquiera sé si realmente dormí aquella noche y, ni tan siquiera, si cuando abrí los ojos en aquel amanecer, creyendo despertar de un sueño profundo, no era más que el colofón inmediato de una noche de pasión, morbo y lujuria, pero lo cierto es que, sobre la mesita, estaba esta nota manuscrita:



“Perdona por mi abuso, pero tenía que hacerlo y quizá algún día te lo pueda explicar. Te mando la cámara para que te sirva como cuerpo del delito si me quieres denunciar, aunque estoy convencido de que no lo harás. No me he reservado ninguna copia y, si quieres, algún día, visionaremos la cinta juntos: será la prueba de que me habrás perdonado. RAMÓN.”



No me extrañó nada que junto a la nota, quizás para más enjundia, me dejara una “píldora del día después”.



Cuando visioné el video, por mi cuenta, pude comprobar la realidad de lo sucedido, solo algunas secuencias no seguían el mismo orden cronológico de mi propio relato. No cabía decir, pues, que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Solo quiero añadir que el muy cabrón me hizo gozar aquella noche como nunca lo hubiera podido esperar, ni siquiera soñar, dando rienda suelta a mis deseos más ocultos. Y esa fue, sin duda, su mejor defensa.

sábado, 15 de enero de 2011

Maria del Mar

Este es mi relato.




Comenzare presentándome, me llamo María del mar, soy bastante normal, no destaca ni mi altura ni ningún rasgo de mi físico, pero en general me considero atractiva o al menos es lo que me dicen, tengo el pelo castaño oscuro, y ojos marrones, mis pechos son algo pequeños pero a su vez firmes y bien formados, respecto al cuerpo soy bastante delgada, la verdad es que me cuido bastante hago ejercicio a diario e intento comer comida sana, aunque eso es lo que más me cuesta.



Tengo 23 años aunque la historia que voy a contar sobre mis comienzo fueron hace algunos años, tenía unos diecinueve años y vivía con mis padres a las afueras de una gran ciudad, la casa era bastante grande tenía dos plantas y un gran jardín, el cual lo custodiaba un hermoso pastor alemán de pelo largo llamado Roky nombre puesto por mi hermano, y que por supuesto yo odiaba, así que con migo respondía a la atención de Roc.



Pos las tarde pasaba bastante tiempo sola ya que mi madre empezó a trabajar en la empresa de mi padre en la ciudad y tenía un solo hermano mayor que yo, que cuando estaba en casa no salía de su habitación y eso cuando estaba ya que normalmente pasaba las tardes jugando al futbol o en la facultad. El caso que a eso de las 4 de la tarde la casa se quedaba desierta hasta mas o menos las nueve y media que volvían mis padres y mi hermano, con tanto tiempo libre me aburría bastante así que salía a pasear con los perros, chateaba con mis amigas, y como no cotilleaba las cosas de mi hermano cosa que me encantaba, así que una tarde mas fui a mirar el ordenador de mi hermano y empecé a buscar en las carpetas videos guarros cosa que sabía que tenía pues no era la primera vez que lo había visto en su pc.



El caso es que abrí uno de los videos y quede totalmente sorprendida cuando, puaf, aparece un chica montándoselo con su perro, quede totalmente horrorizada, en aquel momento me pareció algo depravadle, pensé no puede ser, será un montaje… el caso que lo cerré y no le di más importancia, pero unos cuantos días después me seguía preguntado que si eso podía ser real, el caso que era la primera escena de zoo que había visto, decidí indagar un poco mas, y de nuevo fui al cuarto de mi hermano en una tarde solitaria en busca de aquel video en aquellos entonces horrible video, pero ya no estaba, lo busque durante casi una hora sin éxito, definitivamente lo borro.



Decidí desistir y fui a dar una vuelta con mi perro por el barrio, y me preguntaba mientras miraba a Roc, en que pensaba la chica del video para hacer eso con su perro, entre risas y repulsión, si lo que vi realmente era posible, pero en ningún momento se me paso por la cabeza e hacer yo tal cosa, y si se me hubiese ocurrido hubiera descartado la idea al momento.



Siempre he sido bastante abierta en cuestión de sexo, perdí mi virginidad a los 18 años con un chico bastante mayor que yo, al que mis padres cuando se enteraron lo amenazaron diciendo que lo iban a denunciar si se acercaba a mí, por supuesto ni se imaginaban hasta donde habíamos llegado, ya que para mis padres soy una inocente y correcta chica, el caso que nunca he tenido tabúes en el sexo a pesar de la discreción de mis padres para hablar del tema, me he apoyado en primas mayores que me explicaron en su día algunas cosas sin ningún tipo de reparo, el caso que a pesar de esa amplitud sexual la zoofilia se salía de todos mis márgenes, era totalmente desconocido y por aquellos entonces repulsivo.



Así que pasaron bastantes meses, y visto que no era capaz de quitarme aquellas imágenes de la cabeza, empecé a curiosear en internet, puse en un buscador chica con perro cariñoso jejeje aun me rio cuando lo recuerda ya que en mis conocimiento no entraba la palabra zoofilia, buscando y buscando vi varias imágenes de mala calidad y escasa veracidad, sobre todo los anuncios que salen en pequeños, el caso es que encontré un foro que decía de la existencia de un canal de charla en el irc de zoofilia, perfecto dije yo, previo mes y medio que tarde en aprender a manejar el irc, al fin lo conseguí.



Un día desde el ordenador de mi cuarto accedí al canal, allí había unas doce personas, que lo primero que me preguntaban era que me follaba, y cuando les decía que nada pasaban de mi en su gran mayoría tíos, pero le mande un privado a una chica Susana de Nick, y le dije que si le importaba que le hiciera algunas preguntas, a lo que ella respondió que estaba encantada.

Le pregunte que sentía, que por que como había llegado a eso, a lo que me contesto que no lo hacía por desesperación o enfermedad mental ni mucho menos, si no por placer, que nunca había sentido lo que siente con su perro, esas palabras comenzaron a cambiar mi forma de pensar. Seguimos durante horas ella respondía todas mi preguntas gustosamente.



Después de esa conversación bastante calenturienta y intrigante a su vez, decidí masturbarme ya que estaba a mil con la conversación, en ese momento pase de ver el zoo como algo asqueroso, a masturbarme fantaseando con mi perro e imaginando las sensaciones que me había contado Susana.



Aunque todo eran fantasías pero se convirtió en el tema casi obsesivo de mis masturbaciones, también mantenía relaciones esporádicas con un chico pero como bien me dijo Susana son cosas diferentes.



Así fueron pasando los meses y llego el verano y con ello las vacaciones con lo que aun tenía más tiempo para buscar en internet, en un foro, postee solicitando paginas que no fueran de pago y que contuviera videos del tema, a los que me contestaron que buscara en internet o en el emule, menos otra chica que de nuevo me ayudo, me mando un privado solicitando mi correo, y posteriormente enviándome uno de los mejores video de zoo que he visto hasta la fecha, lástima que en aquellos entonces borraba todo lo que descargaba tras verlo por miedo a que alguien lo viera como yo en su hice con mi hermano en su día.



La chica en cuestión se llamaba Almudena y quedo bástate sorprendida cuando le dije que llevaba más de un año fantaseando y que aun había hecho nada, me dio algunos consejos bastante útiles para cuando estuviese lista lo que yo agradecí bastate.



Así que un día sin ni siquiera pensarlo di un paso más, me acababa de dar un baño en la piscina y justo cuando salía del agua mi hermano salía de casa diciendo que le dijera a papa y mama que no volvía a cenar, que llegaría tarde, de acuerdo respondí yo, así que me senté en una silla para terminar de secarme, roc vino al momento alegre a saludarme, y alamer mis piernas pues solo tenía puesto el bikini de baño, separe un poco mis piernas y empezó a olisquear por la zona de la entrepierna, así que me no pude aguantar y decidí que ya iba siendo hora de algo más, me levante y fui debajo de un pequeño toldo en donde estaría oculta en caso de una visita imprevista, allí me senté en otra silla, separe las piernas y con el corazón latiéndome amil me aparte con los dedos la parte de abajo del bikini hacia un lado dejando toda mi vagina al descubierto, roc se acerco si prestar demasiada atención, así que me di unos leves tortacitos en mi vagina, esto fue suficiente para captar su atención marcándolo como un objetivo, roc se fue directo y empezó a lamer,

Un inmenso placer me recorrió el cuerpo, sin darme cuenta arquee mi cintura desplazando mi vagina mas al exterior de la silla para que el pudiera facilitarle el trabajo a roc, notaba como mi vagina se calentaba mas y mas y veía todo el recorrido de su lengua ya que hacía algún tiempo antes empecé a depilarme por completo mi vagina así que mi rosada vulva se mezclaba con su intensa lengua roja.



Guie mi mano derecha entre su hocico y mi clítoris para después separar con dos dedos mis pequeños labios exteriores, dejando todo el esplendor de mi vagina a su lengua, no tardo en intensificar sus lengüetazos los cuales notaban como me llegaba hasta lo más profundo de mi cuerpo, y solo bastaron un par de lamidas para hacerme desvanecer en un intenso orgasmo.



Me incorpore quedando sentada en la silla y esperando que mi gemidos aunque controlados en la medida de lo posible no hubiesen sido escuchados por los vecinos, después me quede reflexionando en lo que había hecho y me sentí algo mal, por otra parte roc no paraba de olfatearme con ganas de mas, así que me fui para dentro de la casa y me di un largo baño volviendo a pensar en lo que había hecho y que por que debía de sentirme mal había sido el orgasmo mas intenso de mi vida, y recordaba el momento vivido como explotaba de placer, con que fuerza me aferraba a la silla con la mano izquierda mientras mis piernas se cerraban entorno a la cabeza de mi perro para después estallar en un orgasmo bestial.



Tras tanto pensar, me salí del baño dispuesta a repetirlo, quería sentir otro igual, pero ya era tarde las nueve y vente, mis padres están al llegar aunque siempre se escucha la cochera de abrirse, no quería sorpresas, así que volví a encerrarme en el baño y me alivie masturbándome con el mango de un cepillo bastante apropiado.



Por la noche no paraba de darle vueltas, y aunque exhausta por la tarde que había tenido me relaje escuchando música, y pensando en cuando lo repetiria.

A la mañana siguiente cuando me levante fui a desayunar y mi madre me da la noticia de que hoy llegaban mis primos vienen a vernos y que estarán una semana, cosa que medijo hacia un mes pero que olvide por completo, llegaran esta tarde me dijo mi madre, así que me di cuenta de que no iba a volver a sentir la lengua de roc hasta dentro de una semana.



Al final la semana se convirtió en 15 días, y después yo nos fuimos con ellos a la costa otro 15 días, salía con mi prima y me lo pasaba bastante bien, por supuesto no hable del tema con ella ni con nadie a día de hoy sigo sin hacerlo.

El caso es que volvimos a mi casa ya por fin y volvimos a la rutina, cosa que era lo que yo quería, pronto el pequeño recuadro del jardín techado se iba a convertir en nuestro lugar favorito, pero me seguía preocupando que mis jadeos se oyera mas allá de lo debido, así que cambiamos de lugar y nos metíamos en un pequeño sótano que se usaba de trastero, había un sofá viejo que sostenía mi cuerpo en innumerables orgasmos. Solo dejaba que me lamiera por miedo a su bola que había leído en internet que te podías quedar pegada a él cosa que no quería (quedarte pegada es lo mejor jejeje).



Total que fueron varias sesiones de sabrosa lengua, a lo largo de unas semanas, aunque como siempre veía que él se quedaba con ganas de mas, un día decidí poner mi mano en forma de hueco e introducir su pene en el hueco de mi mano, para que así el disfrutara, fue increíble, aunque ya había visto su pene fuera de su funda algunas veces, pero nunca como es vez, empezó a moverse como loco se subió en mi rodilla y me tiro al sofá sentada y moviéndose sobre mi rodilla, a su vez yo le pajeaba, el empezó a emana un liquido blanquecino más claro y liquido que el semen del hombre, yo ardía ya para entonces tenía su bola formada y no paraba de lanzar pequeños salpicadas de ese liquido que tanto aprecio ahora.



Escuche la cochera y me di un susto de muerte, me dio tiempo a salir tranquilamente del trastero y a roc a volver a enfundar su pene, pero ese momento me acojono bastante, así que todo quedo hay.



Ya a mediados de verano las ocasiones iban disminuyendo ya que mis padres pasaban mas tiempo en casa, así que la cosa se reducía a alguna lamida de vez en cuando, hasta que un dia mis padres me dijeron que se iban una semana al apartamento de la playa, mi hermano estaba en el extranjero, así que iba a estar una semana sola a lo que mis padres les costó asimilar argumentando que era joven para quedarme sola en casa, ya tenía casi 18 años pero cosas de mis padres…



El caso es que ya tenía bastantes planes para esa semana y uno de ellos, el más importante incluía a roc, a la mañana siguiente despidiendo a mis padres, cuando lo último que dijo mi madre e es que no dejara entrar a roky en la casa, claro mama claro respondí yo, dibujando una leve sonrisa en mi cara.



Madamas irse me puse a ver la tele, por su puesto la puerta del jardín la deje abierta con lo que roc inmediatamente entro y se tumbo en el suelo a mi lado. Deje pasar un par de horas por si mis padres se volvía a por algo olvidado, el corazón le latía a mil, por los que tenía pensado hacer, me dolerá no me dolerá?, me entrara toda?, hasta ese momento lo más lejos que había llegado era dejar que me lamiera y fue fantástico, así que en el trascurso de un par de hora llame a mis padres con la excusa de preguntarle donde estaba algo con el fin de confirmar que estaban allí.



Una me puse en marcha, me libere de mis braguitas quedando solo con una camisa larga, separe mis piernas y empecé a masturbarme, roc se levanto y metió su hocico entre mis piernas, debió extrañar un poco el sitio pues estaba habituado en el trastero o en el jardín pero no pareció disgustarle el salón.



No tarde en sentir su lengua en mi vagina, mis muslo ya presionaban su cabeza y roc mas intensamente lamia y una sonido algo ruidoso delataba que yo cogía aire de una forma desesperada no tarde mucho en llegar al orgasmo pues su lengua una vez mas volvía a llega hasta donde no llega ninguna otra, lo cual se tradujo a un orgasmo con ya unos despreocupados gemidos. Tome unos segundos para relajarme y coger fuerzas pues decidí que ya era hora de hacer realidad mis fantasías y sin pensarlo dos veces me levante del sofá y me arrodille en el suelo y me incline hacia delante, aun se me acelera el corazón al recordarlo así que imaginense en aquel momento me temblaba todo, roc no tardo demasiado en entender mi postura y enseguida tras un leve olfateo comenzó a trepar, en ese momento recordé que no le había puesto los calcetines de lana como me recomendó Almudena pero ya era demasiado tarde mi excitación no me permitía pensar en nada de eso solo quería sentir su pene dentro de mi sentir su sumen recorriéndome, empezó a dar leves embestidas si tener mucho acierto, bajándose al momento, yo gire mi cabeza y le decía venga roc venga, con voz suave y entre cortada otra vez se volvió a subir y yo en la postura de perrita miraba con mi cabeza entre mis piernas una leve punta roja intentando hacer diana, así que como avía visto en muchos videos la agarre con mi mano y la guie hacia la entrada de mi vagina para que me penetrara, nada más que noto el calor de mi vagina dio una tremenda embestida que me hizo apoyar la mano que guiaba su pene en el suelo para poder aguantar,



Daba enormes sacudidas que aunque dolían un poco eran tremendamente placenteras y de repente se salió, yo estaba descontrolada la quería otra vez dentro quería que se corriera dentro, no paraba de gemir incluso cuando no me penetraba,



Así que se volvió a subir y yo la agarre firmemente esta vez no era solo una puntita roja era algo mas aunque todavía no estaba en todo su esplendor, y volviendo a pasar lo mismo lo guie hasta la entrada aunque esta vez fue más brusco ya que su pene era algo mayor y su bola se estaba empezando a hinchar, esta vez me dio tal embestida que me desplazo hacia delante, intente incorporarme ya que me dolía bastante pero no podía parar, tanto placer me tenia sin fuerzas, notaba su pene dentro de mi hinchándose mas y mas, y su bola en mi interior, yo no paraba de gemir descontrolada, ya no pensaba si me dolía o no solo disfrutaba como nunca.



No podía decir nada solo gemía y entonces pararon las embestidas y ambos nos relajamos un poco, sentía palpitaciones no sé de donde procedían si de mi vagina o de su verga, pero supongo que sería de su pene sentía como se vaciaba dentro de mí, y pensé que hasta cuando estaría abotonada a él, no había suficiente aire en el salón para mi, solo respiraba a bocanada entre gemido y gemido de pronto roc empezó a tirar, yo le decía roc no quieto, y conseguía contenerlo, yo volví a tener otro orgasmo sintiendo su pene dentro de mí y sabiendo que me estaba inundando con su semen.



De nuevo empezó a tirar y esta vez no vasto el quieto roc, tiro bastante fuerte moviéndome a mi también así que yo apreté un poco los músculos de mi vagina para intentar expulsar aquella tremenda verga y su bola, sono un ploff y me gire quedando tumbada en el suelo viendo su verga era increíble, que tuviera eso entero adentro, cuando vi el nudo me toque mi vagina para ver como estaba, note como recorría su semen mis paredes buscando una salida, asi que como pude me puse en cuclillas y volví a apretar mi vagina, salió una cantidad enorme de semen, no daba crédito a tal cantidad, y con mi mano puesta notaba como poco a poco mi agujerito tomaba su tamaño original.



Esa semana fue increíble le dejaba que me montara todo los días incluso dos y tres veces al cabo del día, no siempre quedaba abotonada la verdad es que lo conseguí el primer día y después no lo volví a lograr hasta el tercero, pero es lo más placentero que existe sentir cuando te libera y la cantidad de semen que brota de mi vagina,



Siguió pasando el tempo y llegue al punto que mantenía relaciones completa con mi fiel amante roc, llegue a practicar sexo oral, me tragaba su semen me encantaba, también tuve una relación formal con un chico durante un año y medio y jamás le conté nada ni sospecho nada, pero al final me fui de casa para estudiar en la facultad, y ahora vivo de alquiler con dos compañeras mas, así que como al principio solo me queda la imaginación pero esta vez recordando las experiencia propias.



De vez en cuando voy a mi casa pero ya es mas difícil, además roc esta ya algo mayor.



Por último decir que si hay alguna chica que este en la situación que estaba yo al principio y tenga alguna duda que me escriba a mariadelmar_suarez@yahoo.es le ayudare encantada a resolver sus dudas, digo chicas porque me baso en mi experiencia para aclarar dudas si algún chico tiene dudas también le intentare ayudar.